Avanza el verano y en breve me tomaré unas semanas de vacaciones. Es como una especie de parón en tu día a día, en el trabajo, en la rutina familiar.
¿Cómo ha ido en un sentido general esta primera parte del año? No puedo evitar hacerme preguntas de este tipo. Así que aunque no soy muy dado a compartir reflexiones introspectivas en mi web, haré un resumen de este agitado año, al menos desde el punto de vista profesional y técnico, de todas las cosas y temas con los que he tratado.
Durante esta primera parte del año hemos cerrado proyectos importantes y abiertos otros nuevos, trabajamos en la realización de un prototipo software con el que vamos a preguntarle al mercado el interés que puede haber en él y planteamos ya una revisión profunda de uno de los productos que comercializamos.
Del mismo modo he avanzado en varios proyectos personales (he registrado mi primera marca) y por fin hemos puesto la primera piedra, como se suele decir, en otro proyecto después de tres años de planos, arquitecto, licencias, etc.
Lo que me pregunto es cuánto hay de mi forma de gestionar los proyectos software que dirijo en todos esos proyectos que, digamos, se gestan fuera de mi horario laboral, y al revés. En definitiva, creo que para cualquier actividad valen los conceptos de definición de roles y en todas es mucho mejor la colaboración que la imposición. Es liberador saber que no tienes que llevar siempre la razón y que el mundo se modela a medida que haces cosas y resuelves problemas.
Lo que sí sé es que en todos esos proyectos, sean del tipo de que sean, se avanza resolviendo problemas. No hay más. Emprender en algo consiste en resolver los problemas que van surgiendo de la forma más ágil posible. En realidad, cualquier problema es algo que tienes que aprender y sólo la carga emocional negativa que le quieras dar es lo que lo convierte en un problema. En fin, que divago.
A continuación escribo sobre lo mas significativo para mí de esta primera parte del año.